El Jardín de Las Delicias se sitúa en el contexto del conflicto armado colombiano, donde las mujeres y las niñas son víctimas directas, y viven de manera desproporcionada y monstruosa la violencia sexual, como una de las estrategias concretas para aterrorizar y castigar a la población civil por parte de todos los actores armados, legales e ilegales. A su vez la obra propone personajes de la resistencia, mujeres que quieren romper con arraigadas afirmaciones culturales, crear conciencia sobre las múltiples y equivocas representaciones sociales que se tienen sobre y contra las mujeres.
Aunque la obra se ocupe de esta realidad, no es una pieza panfletaria o referencial, como leer un reportaje periodístico. Se trata de otro asunto, aquí la forma y el contenido están sólidamente ligadas a una estética singular. Esta propuesta escénica obliga al público a enfrentarse con una representación contemporánea de país donde se fusiona: lo real, lo imaginario y lo simbólico Es un proyecto que quiere provocar un pensar-sentir no solo del territorio, sino sobre todo de la humanidad, donde los individuos como personas – estén dotados de conciencia de si y de la sociedad.
Prepárate para presenciar una obra impactante y cautivadora de principio a fin.
El jardín de las delicias hace alusión – como en la pintura del Bosco- a esa delirante realidad que vivimos como humanidad.
La puesta en escena nos desenmascara el intrincado paisaje del conflicto armado Colombiano y la cultura machista contra las mujeres y las niñas. Pese a la violencia retratada encontramos personajes sublimes, mujeres cuyas convicciones hacen resistencia y confrontan esta realidad.
La propuesta escénica invita al publico a enfrentarse a una representación contemporánea donde se fusiona lo real, lo imaginario y simbólico.